Saber Reportar la Salud Mental es vital para visibilizar uno de los más complejos problemas de salud pública global. El Periodismo en Salud Mental requiere de investigación, rigurosidad, evidencia y verificación. Pero, sobre todo, de ética, pues, la responsabilidad social es mayor.
Sin embargo, históricamente, el lenguaje usado por el Periodismo en Salud Mental no ha sido el mejor. Es más, ha contribuído a reforzar el estigma asociado a tener un trastorno mental.
El Periodismo en Salud ejerce una gran influencia sobre las actitudes, creencias y comportamientos de la comunidad. Además, las redes sociales tienen un gran impacto, especialmente entre los jóvenes. Expertos de la OMS-Organización Mundial de la Salud- afirman que los medios, a través del lenguaje utilizado, pueden ser herramientas preventivas claves, para la disminución de la mortalidad asociada a los trastornos mentales.
Por esto, si la tendencia es el mensaje en la actual Aldea Global Digital, es esencial, reescribir el mensaje y capacitar en un nuevo lenguaje al mensajero.
Es más, aunque la idea de resolver un problema a través de un algoritmo es bastante antigua, hoy día, también es utilizado por periodistas, medios y redes sociales como una herramienta esencial para identificar sesgos, influencias y tendencias en los lenguajes utilizados para informar.
Primera Regla Vital: Use el Lenguaje Antiestigma
Cuando deba reportar sobre la depresión, NO escriba que estaba trastornada(o) mentalmente.
Mejor diga «sufre de depresión» o «está viviendo un episodio depresivo».
Cuando reporte sobre «un Suicidio«, no repita que se suicidó.
Mejor diga: Murió por suicidio.
Cuando reporte sobre un acto violento y hay personas heridas o falleció una persona.
Solo rompa su silencio para construir. No repita que «parece que el muerto estaba loco, o, sus vecinos dicen que…….»
Mejor diga: Pronto reportaremos sobre los hechos. Estamos esperando el informe oficial de las autoridades competentes.
Violencia no es Sinónimo de Enfermedad Mental
Hay evidencia de que la mayoría de los hechos violentos están erróneamente relacionados con enfermedad mental. El Dr. Freedman, quien dirigía el departamento que trató a James Holmes, el estudiante universitario que en 2012 asesinó a 12 personas en un cine e hirió a otras 70, afirma:
Sabemos que la mayoría de los crímenes violentos no los cometen personas con enfermedades mentales, y que la mayoría de las personas con enfermedades mentales, no cometen crímenes violentos. Pero en estos tiroteos tan sorprendentes, que han atraído la atención pública, están implicadas con cierta frecuencia personas con enfermedades mentales. No queremos calificar de violentas a todas las personas con enfermedad mental.
En consecuencia, una óptima información y formación en salud mental empodera a una comunidad, que históricamente no ha tenido voz , que ha sufrido física y emocionalmente por el estigma y cuyos derechos humanos son constantemente violados
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Por tanto, debemos preguntarnos: ¿estamos los medios, dispuestos a cambiar la forma de reportar las noticias sobre muertes por suicidio y dolencias mentales?
¿Cómo hacerlo, manteniendo a las audiencias? Por la vida, todo debe ser posible. Podemos comenzar aplicando éstas primeras fórmulas.
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