Por Luz Elena Grisales
El consentimiento informado es un derecho, pero, miles de pacientes y sus familias no saben que deben ser informados sobre los alcances y efectos adversos de los procedimientos diagnósticos o terapéuticos que le serán practicados.
El consentimiento informado permitirá a pacientes, familias y cuidadores decidir si aceptarán o rechazarán las alternativas propuestas por el profesional de la salud.
Es la expresión de la autonomía y la posibilidad que tiene un paciente en la decisión de su futuro y contexto de calidad de vida que puede lograr frente a un evento de salud específico.
Según el Grupo de Seguimiento a Poblaciones Especiales y Estudios Estadísticos de la Superintendencia Nacional de Salud, Supersalud, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2015, el número total de PQRD, peticiones, quejas, reclamos y denuncias, relacionadas con el motivo específico “consentimiento informado” formuladas por los usuarios fue de 90 casos en Colombia.
¿Cuáles son los errores más comunes en el manejo del consentimiento informado?
- Los profesionales poco comprometidos con la cultura del consentimiento informado.
- El profesional asistencial que usa un lenguaje inapropiado para dar la información al paciente.
- La ausencia de registro en la historia clínica.
- La no verificación de los procedimientos de consentimiento informado.
- El diligenciamiento incorrecto del consentimiento informado.
- La no indagación al paciente, familia y cuidadores del entendimiento del consentimiento informado. En estudio realizado sobre el Análisis de Legibilidad del Consentimiento Informado en Cuidados Intensivos se concluye que que los documentos analizados son generalmente difíciles de leer y entender por la mayoría de la gente y que no cumplen con el propósito básico para el que fueron redactados.
Según la Resolución 1445 de 2006, la información al paciente durante el proceso de atención está a cargo del profesional tratante, y por ningún motivo podrá delegarse en un profesional de diferente especialidad o convertirse en un mero trámite administrativo.
La OMS dio a conocer las medidas para velar porque las personas que padecen trastornos mentales vivan con dignidad, ya sea promulgando legislación y adoptando políticas que respeten los derechos humanos, ofreciendo formación a los profesionales sanitarios, respetando el consentimiento informado antes de iniciar los tratamientos, teniendo en cuenta la opinión del paciente para tomar decisiones terapéuticas y organizando campañas de información pública.
Pacientes que deben soportar largos tiempos de espera en los pasillos, sobrecarga laboral de los profesionales de la salud y desinformación por la no implementación del consentimiento informado, son algunos de los factores que a corto, mediano y largo plazo afectan a los sistemas de salud globales.
Los prestadores de servicios de salud y farmaceúticas, entran a jugar un papel decisivo con más acompañamiento a los pacientes, familias y cuidadores.
Si, según informe de Interfom Oxfam, noventa personas en el mundo son milmillonarias gracias a la industria farmaceútica, estas podrían minimizar el impacto de la falta de información en el consentimiento informado, a través de la promoción de una buena y completa información en las etiquetas de los medicamentos.
¿Cuántos colombianos podemos leer el minúsculo e incomprensible texto del folleto que viene dentro del empaque de una medicación?
En conclusión, los sistemas de salud son diferentes en cada país pero todos tienen una misma misión: El mejorar la calidad de vida de las personas, incluso en la enfermedad. Es vital humanizar el consentimiento informado, esto es, que el personal sanitario le explique al paciente sobre los riesgos, efectos secundarios y efectos adversos de procedimientos diagnósticos y tratamientos con calidez, oportunidad y ética.