Las bebidas azucaradas y los impuestos han generado debates que deberían priorizar la salud pública de los colombianos. Globalmente se estima que éstas bebidas conducen a la muerte de cerca de 184 000 personas cada año.
Expertos dicen que «El fracaso para revertir la obesidad en todas las naciones del mundo» no es un fracaso de la fuerza de voluntad de las personas. Se trata de una falta de voluntad política para asumir un gran negocio. Vuelve la propuesta del ministro de Salud colombiano, Alejandro Gaviria, de aumentar los impuestos a las bebidas azucaradas. Se pretende recaudar 1,89 billones de pesos para beneficiar al sector salud.
Por encima de estas importantes consideraciones, estudios científicos han demostrado que el consumo de bebidas azucaradas tiene serios efectos sobre la salud. Resistencia a la insulina, diabetes, gota, síndrome metabólico, osteoporosis y/o enfermedades cardiovasculares, son solo algunos de sus efectos. Cuando hablamos de salud, los números son vitales. No solo gravar la venta de bebidas azucaradas alivia el problema. Más y mejor información para el consumidor equilibraría esta justa entre poderes.
Antiguamente, el azúcar solo era empleado en medicina. La OMS sugiere que el azúcar que una persona debe consumir diariamente es de 10 cucharaditas (50 gramos de azúcar por día). No importa si es azúcar natural, como es el caso de las frutas o añadida. Lo importante es que las personas entiendan que sus requerimientos diarios de calorías son de 2.000 calorías Y que la forma y manera cómo lleguen estas 2000 calorías a su cuerpo a través de los alimentos y bebidas, es lo que hará la diferencia entre estar sano o enfermo.
Es importante que las personas conozcan a través de la etiqueta nutricional, datos sobre:
- La cantidad de calorías contenidas en la botella.
- La cantidad de azúcar añadida en ellas, pero lo más importante, la cantidad sugerida por la OMS, no por la industria, para no dañar nuestra salud.
- El tamaño de la información debería ser apta para cualquier edad, legible y comprensible, no importa su raza, género o nivel socioeconómico.
Las bebidas azucaradas aportan casi la mitad del consumo diario de azúcar entre la población. La ingesta de las mismas es más alta en los jóvenes latinos que el promedio general. En Colombia, el Ministerio cita la Encuesta Nacional de Salud Nutricional en Colombia (ENSIN, 2010) que indica que el 81,2 por ciento de los colombianos consume gaseosas o refrescos.
¿Impuestos en Colombia para las bebidas Azucaradas?
Latinoamérica y el Caribe presentan la mayor tasa de mortalidad absoluta relacionada con el consumo de bebidas azucaradas (48.000 por millones de adultos), mientras que Australia y Nueva Zelanda presentan la tasa más baja (560).
De Cómo los intereses económicos de las Multinacionales productoras de bebidas azucaradas han permeado la opinión de los Consumidores.
Para el 2012, el Centro para la Libertad de Consumo, lanzó una campaña publicitaria con anuncios en prensa contra los planes del alcalde de New York, Michael Bloomberg, para prohibir la venta de refrescos azucarados de gran tamaño, en restaurantes, cines, estadios y carritos callejeros. Esta organización dice ser sin fines de lucro y trabajar por la libertad de los consumidores, la libertad de elección informada y el consumo responsable. El anuncio ocupó una página entera del diario The New York Times y fue pagado por esa asociación.
Las Bebidas Azucaradas y los Asesores
La asesoría de Goddard Gunster: La compañía dice haber sido la creadora de la primera campaña nacional de publicidad en los Estados Unidos, de gestionar la primera publicidad política en la antigua Unión soviética y aprovechar una sólida red de relaciones personales con los periodistas clave y los editorialistas. Dicen ser los ganadores del premio de excelencia por la campaña para los neoyorquinos para la selección de sus bebidas. Afirman usar un truco que consiste en crear publicidad que pueda ser asociada con un momento agradable. Fue así como en la campaña previa a las elecciones de 2014, le recordaron a los votantes de San Francisco, Estados Unidos, que votaran no a la campaña por el impuesto a las bebidas pues de permitirse, harían una ciudad más cara para vivir y trabajar.
Por esto, es relevante la historia personal de Derek Yach, un defensor de la salud pública que salió de la OMS, Organización Mundial de la Salud, para PepsiCo. el Dr. Yach trabajó en la OMS, como Director Ejecutivo del Grupo Orgánico de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental. Además se desempeñó en la prevención de los principales factores de riesgo de las enfermedades crónicas como tabaco, alcohol, dieta y nutrición, y actividad física, el tratamiento del cáncer, las enfermedades cardiovasculares y trastornos mentales.
Las Bebidas Azucaradas y Marión Nestlé
Una de las expertas académicas que llegaron a conocer a Yach durante esos años, Marion Nestle , profesora de nutrición en la Universidad de Nueva York, dijo que el Dr. Yach «presionó a las compañías de alimentos y bebidas para detener la comercialización de alimentos chatarra a los niños». Y Agrega que «Lo vi como alguien que vio a la industria alimentaria como una fuerza enormemente destructiva en la salud pública.».
Pero, en el año 2006, cuando el doctor Yach trabajaba en la Fundación Rockefeller en Nueva York, fue llamado a a trabajar con PepsiCo y aceptó. Allí trabajó por seis años.
Las empresas productoras han utilizado sofisticadas estrategias de marketing de la industria para desviar las críticas sobre sus productos, aumentar la conciencia de marca y generar lealtad en casi todos los rincones del mundo. Sus campañas de marketing y mensajes científicos se centran en el ejercicio, la responsabilidad personal, el equilibrio de calorías, la hidratación, la vida saludable y activa», desviando la atención de la obesidad y la diabetes.
«La industria de las bebidas azucaradas al parecer está manipulando los procesos científicos contemporáneos para crear controversia y defender sus intereses comerciales a expensas de la salud del público», concluye el Dr. Schillinger, profesor de medicina en la Universidad de California, San Francisco (UCSF), y jefe de la división de medicina interna de la UCSF en el Hospital General de San Francisco. «Fue una correlación de casi uno a uno», dijo. «Determinamos que los estudios financiados por la industria de las bebidas azucaradas tenían 34 veces más probabilidades que los estudios independientes de no mostrar ninguna interrelación entre su producto y diabetes y obesidad.
La guerra por precios del Azúcar debería priorizar la salud del consumidor
Una reducción del 40% en la cantidad de azúcar en los refrescos y jugos de frutas envasados en un período de cinco años podría prevenir 300.000 casos de diabetes en el Reino Unido y evitaría que 1,5 millones de personas tengan sobrepeso u obesidad.
Colombia no cuenta con una encuesta nacional de nutrición actualizada, que evalúe nuestra dieta, la ingesta actual de nutrientes y el estado nutricional de la población. Requerimos de iniciativas como la de Action on Sugar, por sus siglas inglesas. De campañas como la Alianza por la Salud Alimentaria «¿Te Comerías 12 cucharadas de Azúcar?».
De programas que desde lo público privilegien la salud pública de los colombianos y de la voluntad política de los productores de bebidas azucaradas para reducir el azúcar en ellas. Un mayor control a la publicidad y a la comercialización de éstas, conduciría inevitablemente a una caída significativa en la cantidad de calorías consumidas.