Por Luz Elena Grisales
Los menores en Colombia cada día son víctimas de más violencias, en especial de violencia sexual. El agresor, un familiar es el principal victimario. Los abusos físicos, psicológicos y el abandono son los tipos de violencia más comunes.
Violencias contra los menores: Violencia de género e intrafamiliar a Periodo epidemiológico IV – 2018. Instituto Nacional de Salud
Según UNICEF , la disciplina física o «castigo corporal» es cualquier castigo en el que la fuerza física se usa para causar cualquier grado de dolor o incomodidad.
Así, niños y niñas son sometidos a pellizcos, azotes o golpes.
La disciplina psicológica violenta implica «el uso de agresión verbal, amenazas, denigración, el ridículo, la culpa, humillación o abandono.
Menores y Violencia Sexual
La violencia sexual contra los menores abarca situaciones «en las que un cuidador obliga al niño a realizar un acto sexual por un cuidador o vecino.
Violencias contra los menores: En Colombia para 2018 han sido cometidos 28.973 casos de violencias de género e intrafamiliar.
Los datos sobre las violencias, especialmente la sexual son difíciles de obtener ya que muchas víctimas no pueden o no están dispuestas a denunciar su situación.
Pese a la percepción común, los niños también reportan experiencias de violencia sexual.
Sin embargo, es importante saber que los niños informan menos sobre incidentes de abuso sexual.
Menores y matrimonio infantil
Los menores que están casados o en una unión informal con un adulto mayor, tienden a ser particularmente vulnerables a la violencia, especialmente la violencia sexual y doméstica.
Presentamos los siguientes datos sobre el matrimonio infantil o la unión informal en el mundo:
Todas las formas de violencia interpersonal acarrean resultados en salud física y mental negativos e impacta el sistema de salud.
En el ámbito del sistema de salud, los servicios de tratamiento de lesiones, de traumatología y de salud mental guardan relación con todas las formas de violencia. ,
Por tanto combatir desde su origen las diferentes violencias contra los menores y promover mejores prácticas al interior de las familias deberá ser una política pública vital en la agenda de la salud mental de los colombianos
