El Mesotelioma en México está en aumento. Cada año mueren cientos de personas. Sin embargo, la ley mexicana aún no prohíbe el uso del asbesto, pese a que México es el primer manufacturero de amianto blanco en América Latina. Este reportaje es la primera entrega de nuestra investigación.
Por Elisa Batallar. @abatallar : corresponsal en México
En México han muerto cerca de 1,730 personas por mesotelioma pleural, un tipo de cáncer asociado a la exposición al asbesto; según cifras oficiales desde 1998, en promedio, mueren 250 pacientes al año a causa de esta enfermedad que tiene un periodo de desarrollo de 15 a 40 años.
Sin embargo, hay que resaltar que existe un subregistro del 70 por ciento de los casos, por lo que se estima que las muertes por año en realidad ascienden a 500. Aunado a esto se reportan más de mil casos anuales por cáncer pulmonar, relacionado con la inhalación de las fibras provenientes del asbesto.
Pese a estas cifras y a la advertencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 2006, sobre que no existe un umbral seguro de exposición para cualquier forma de asbesto, México sigue sin prohibir su uso.
Cabe señalar que las fibras de asbesto ingresan al cuerpo humano a través de la inhalación. Cuando se acumulan, dan origen al tumor; el cual, si no es detectado a tiempo, crece, oprime los pulmones y dificulta la respiración del enfermo. En los casos más graves la complicación impide que el paciente logre tragar bocado alguno.
El mesotelioma pleural en el año 2005 tuvo un costo promedio por atención médica requerida para el tratamiento de cada paciente, durante su primer año, de más de 90 mil pesos mexicanos. Esto significó que por 500 casos de mesotelioma pleural tratados en ese año, el sector salud gastó cerca de 45 millones de pesos.
El costo fue cubierto por el erario mexicano y no por las empresas que generaron el riesgo para el desarrollo de la enfermedad, ya que este padecimiento no está reconocido en la Ley como una afección derivada del riesgo de trabajo. Los indicadores sobre el tema aún se construyen, por lo que los datos actualizados sobre el costo de atención médica aún están en elaboración.
Desde el año 2009, a través del Estudio de Casos de Controles de Mesotelioma Pleural en Trabajadores con Seguridad Social en México, liderado por la doctora Guadalupe Aguilar Madrid y un equipo de médicos, se mostró la relación existente entre el uso industrial de distintas formas de asbesto y el incremento de los pacientes por mesotelioma pleural. En él, se advierte que de no existir una política pública que prohibiera la producción y el uso del asbesto no se podría detener esta epidemia de cáncer derivado de esta fibra.
Regulación Mexicana
La Norma Oficial Mexicana NOM-125-SSA1-1994 que establece los requisitos sanitarios para el proceso y uso del asbesto, es el reglamento que regula a esta fibra en todas sus variantes; sin embargo, esta normatividad tiene más de 20 años sin modificarse.
En un segundo intento por actualizarla, en el 2015 se ingresó el anteproyecto de reforma denominado Proyecto de Norma Oficial Mexicana PROY-NOM-125-SSA1-2015. Este proyecto de regulación tiene como objetivo actualizar las disposiciones sanitarias que deben cumplirse en el proceso y uso del asbesto, más no tiene la intención de prohibir su uso y manejo en México. Se puede leer que la norma propuesta tiene un mayor impacto en las medianas empresas, mientras regula de manera laxa a los grandes corporativos, quienes son los principales manufactureros de asbesto en México y América Latina.
La fibra milagrosa
De acuerdo con su composición hay varios tipos, que incluyen a: la crocidolita, el crisotilo, la tremolita, la amosita y la actinolita. Estas fibras inorgánicas se caracterizan por presentar trazas de metales que concentran un potencial cancerígeno como son: el níquel, el cobalto, el magnesio y el fierro, según se advierte en la tesis de la bióloga Yolanda Leyva Salazar del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Cabe destacar que el asbesto por su morfología se divide en anfíbioles y en serpentinos. En la primera categoría se encuentra: la crocidolita, la tremolita, la amosita, la antofilita, y la actinolita, mientras en la segunda está el crisotilo.
En el mercado al crisotilo comercialmente se le conoce como asbesto y/o amianto blanco. Mientras la crocidolita o asbesto color azul, es considerado el más cancerígeno y perjudicial para la salud, su uso ha sido casi erradicado en el comercio actual.
Leyva Salazar precisa que a mediados del siglo XVIII se fabricaron productos de asbesto, no obstante su utilización en la industria comienza en 1879, siendo Italia uno de los países que usó por primera vez tuberías de asbesto-cemento. Este material fue empleado debido a sus propiedades aislante, resistente y de bajo costo, para la fabricación de plásticos, tuberías y almohadillas para filtros.
Adicionalmente, en la industria vinícola en la filtración de jugos y filtros para líquidos biológicos y productos farmacéuticos. Incluso, se utilizó para elaborar la nieve artificial de los árboles navideños.
En México desarrollan biomarcadores para el Mesotelioma Pleural
La doctora Guadalupe Aguilar Madrid, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Directora de la Unidad de Investigación de Salud en el Trabajo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), dirige un equipo para la investigación por muerte de mesotelioma pleural, un tipo de cáncer que se genera a partir de la exposición al asbesto. La investigadora y su equipo son los únicos que realizan en México este tipo de investigación.
En entrevista exclusiva, Guadalupe Aguilar indicó que actualmente su investigación desarrolla biomarcadores para el mesotelioma pleural.
¿Qué es un Marcador Biológico?
Son los cambios medibles, ya sean bioquímicos, fisiológicos o morfológicos, que se asocian a la exposición de un tóxico. Su objetivo es poder detectar la enfermedad en una etapa temprana y así, evitar la muerte del paciente.
Es que la mortalidad por esta enfermedad en once años, entre 1998 y el 2009, ha alcanzado casi las 2 mil muertes, esto sin contar los subregistros adyacentes, por lo que al mesotelioma pleural, ya se le ha catalogado como una epidemia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), desde el año de 1986, advirtió sobre la toxicidad del asbesto; sin embargo, en el 2006 precisó que su peligrosidad estaba implícita en todos sus derivados: crisolito, actinolita, amosita, antofilita, crocidolita y tremolita. Así, todos los tipos de asbestos causan asbestosis, mesotelioma y cáncer pulmonar. No hay niveles seguros de exposición aseveró, por lo que la OMS recomendó su prohibición y su sustitución por materiales de comprobada seguridad.
Sin embargo, México a pesar de padecer la epidemia de mesotelioma pleural, sigue sin prohibir el asbesto. Lo usamos en nuestra vida diaria en: guantes, pinturas, cemento, láminas para techos, tubos, cintas adhesivas, tinacos, pisos, balatas, hilados y textiles.
Fuente: Presentación Biomarcadores para mesotelioma pleural. Resultados de un estudio de casos y controles en población mexicana /Guadalupe Aguilar Madrid / marzo-2016.
La industria descarta riesgos en el crisotilo
Por su parte, el Instituto Mexicano de Fibroindustrias A. C. (IMFI), el cual agrupa a las principales empresas que emplean fibra crisotilo en sus procesos productivos, argumenta que éste no representa un riesgo para la salud. Mientras que reconoce que las otras fibras como: la crocidolita, la tremolita, la amosita y la actinolita sí son agentes cancerígenos.
El instituto enfatiza que hay que diferenciar los dos distintos tipos de asbestos, los cuales por su morfología se dividen en anfíbioles (fibras alargadas y puntiagudas) y los serpentinos (fibras curvas y sedosas), los primeros, mencionan, son los que contienen agentes cancerígenos; mientras que el crisotilo es una materia prima que al mezclarse con agua y cemento en productos de alta densidad no representa ningún riesgo para la salud de los usuarios finales, trabajadores ni para los distribuidores.
Es más, rechazan que haya evidencia científica ( ver video ) concluyente que relacione la exposición al crisotilo como causa de mesotelioma pleural, según dicen, como lo demuestran dos estudios de los investigadores del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), quienes concluyeron que la presentación clínica y las anormalidades radiológicas en pacientes con mesotelioma, sin historia de exposición a asbestos, fueron similares a los de los pacientes con antecedentes de exposición.
Afirma que las fibras de crisotilo tienen una mínima biopersistencia, pues una vez que se han inhalado, el cuerpo las elimina de manera natural en un período de 10 días, como lo confirman diversos estudios llevados a cabo del 2003 al 2006 en Brasil, Canadá y Estados Unidos (coincidentemente, los principales productores y consumidores del asbesto), y señalan que las fibras de crisotilo son inhaladas y rápidamente despejadas de los pulmones en alrededor de 10 días.
En el tema de la exposición al crisotilo, el IMFI, asegura que en condiciones normales de temperatura y presión, para una jornada laboral de 40 horas a la semana, se permite una fibra por centímetro cúbico (1f/cm3). Rebasar este límite podría dificultar la capacidad del cuerpo para expulsar las fibras de manera natural.
El Paciente Colombiano y la Fundación Periodismo en Salud se dieron a la tarea de buscar uno de los estudios en los que la industria apoya su afirmación sobre la no peligrosidad del asbesto.
En Mesotelioma maligno: descripción clínica y radiológica de 45 casos con y sin exposición a asbestos. La muestra, es de 45 casos, de pacientes sobre los cuales no se sabe si estuvieron expuestos o no al asbesto.
Asbesto & Cáncer
En el 2004, la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Crisotilo-Asbestos, señaló, que varios países tomaron la decisión de prohibir el uso de los asbestos en todas sus formas (anfíbioles o serpentinos), con el objetivo de limitar la exposición y mantener un control preventivo, pues cerca de 107,000 personas han muerto cada año, a nivel global, debido a enfermedades derivadas de esta fibra.
La OMS ha mencionado reiteradamente que el asbesto es uno de los más importantes cancerígenos en el riesgo laboral, ocasionando la mitad de las muertes del cáncer ocupacional. Informó que la exposición a cualquier tipo de asbesto, incluido el crisotilo, causa cáncer de pulmón, garganta, ovario y mesotelioma, así como asbestosis (fibrosis de los pulmones).
¿Por qué la OMS está involucrada en las investigaciones sobre los asbestos?
La organización responde que existe suficiente evidencia científica que demuestra que éstos provocan cáncer y enfermedades respiratorias crónicas en los humanos. La OMS trabaja para reducir la carga mundial en las enfermedades transmisibles como el cáncer y las enfermedades respiratorias crónicas y reconoce que la prevención primaria reduce los costos del servicio de la atención de la salud pública.
Asegura que en el mundo el cáncer es la segunda causa principal de muerte. En el 2008, hubo 7,6 millones de muertes por cáncer, junto con 12,7 millones de nuevos casos. Cerca del 19% de todos los cánceres, estima, son atribuibles al medio ambiente, incluidos los entornos laborales.
Regulación del Asbesto en el Mundo
De 1970 al año 2010, 52 países han prohibido la manufactura y/o uso del asbesto. Ejemplo de esto, son Alemania, Francia, Reino Unido, España, Portugal, Italia, Australia, Austria, Bélgica, Croacia, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Grecia, Hungría, Islandia, Irlanda, Japón, Kuwait, Lituania, Luxemburgo, Noruega, Polonia, Suiza, Sudáfrica y Suecia.
En América Latina la prohibición del asbesto la hicieron Argentina, Chile, Honduras, Brasil (algunas ciudades) y Uruguay.
En el 2013, México a través de la Comisión de Salud aprobó un punto de acuerdo presentado por los senadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD), para exhortar al Ejecutivo Federal a derogar la Norma Oficial Mexicana NOM-125-SSA1-1994 Que establece los requisitos sanitarios para el proceso y el uso de asbesto con el objetivo de prohibir la importación y el uso de los productos que contengan la fibra mineral.
El senador del PRD, Adolfo Romero Lainas, recordó que el 9 de mayo de 2005, la Secretaría de Salud Federal, a través de la Comisión Federal para la Protección de los Riesgos Sanitarios (Cofepris), envió a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer),
Un anteproyecto denominado “Acuerdo por el que se prohíbe el uso, obtención elaboración, preparación, conservación, mezclado, acondicionamiento, envasado, manipulación, transporte, distribución, importación, almacenamiento y expendio o suministro al público en fibra o roca, polvo o capas, desperdicios o deshechos de asbesto anfíbolo variedad amosita, antofilita, crocidolita, tremolita, actinolita, así como de los productos que los contengan”.
Cabe señalar que el anteproyecto no mencionó la prohibición del asbesto blanco y/o crisotilo, esto es de suma importancia porque el 95% del asbesto que se utiliza en México es de la fibra serpentina (crisotilo y/o amianto blanco) y el 5% restante, pertenece a las fibras anfíbolas (crocidolita, tremolita, amosita, antofilita y actinolita), las cuales tienden a reducir más su participación en el mercado.
El legislador señaló que de manera irresponsable, la Cofemer rechazó el anteproyecto en un tiempo récord de solo 48 horas después de haberlo recibido, argumentando que éste no cumplía con el acuerdo de moratoria regulatoria.
Precisó que el documento que envía la Cofemer a la Cofepris describe que el proyecto sí implica costos de cumplimiento para los particulares (en este caso para los industriales del asbesto), pues reduce o restringe el derecho de éstos. Dicha respuesta a la solicitud de exención de la Mejora Regulatoria Institucional (MIR), puede ser consultada en el sitio web de la Cofemer.
Cinco años después, el senador Hugo Antonio Laviada Molina del Partido Acción Nacional (PAN), en abril de 2010, a través de un punto de acuerdo exhortó al Ejecutivo Federal a dar a conocer información sobre la situación sanitaria del asbesto, en todas sus variantes, dado sus propiedades cancerígenas.
El legislador panista mencionó que de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía (SE), México importa asbesto o amianto en fibra y en roca de cuatro países: Brasil, Canadá, Zimbawe y Sudáfrica. Después, los productos hechos se exportan principalmente a Estados Unidos. (Hoy, Rusia es uno de los principales exportadores de asbesto blanco).
En la próxima entrega podrá leer cómo la autoridad reguladora mexicana reconoce el riesgo asociado al asbesto, pero propone una regulación laxa.